Se les viró la tortilla |
Hasta que todo el mundo se enteró de que López Marañón era un representante destacado de la teología de la liberación, secundado por seis carmelitas de su misma nacionalidad. Y desde entonces se sucedieron las noticias. Respaldo masivo del pueblo fiel a la nueva línea eclesial del vicariato. Fracaso retundo de la contramanifestación que se quiso oponer a la multitud que secundaba al administrador apostólico. Apoyo personal del `presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana al administrador apostólico y a los Heraldos. Y acabamos de enterarnos de dos noticias que vienen a confirmar lo que decimos.
La primera, que el presidente de la Conferencia Episcopal de Ecuador, el español Antonio Arregui Yarza, arzobispo de Guayaquil, del Opus Dei y firme sostenedor de los Heraldos, ha sido reelegido presidente `por otro trienio. Quedando bien claro con que línea está la mayoría del episcopado ecuatoriano. Y la segunda, también muy importante, que el superior general de los carmelitas, y todo hace suponer que convenientemente instruido por el Vaticano, retira de San Miguel de Sucumbíos, a los seis frailes que secundaban a López Marañón intentando dar política liberacionista en vez de religión. Y cuyo fracaso ha sido tal que nadie va a lamentar su marcha. El problema está en que, donde les manden, tampoco harán nada bueno y sí mucho malo.
Se van repitiendo afortunadamente, o gracias a Dios, sustituciones de obispos deplorables por otros de mucha mejor línea: Godayol, López Marañón, Uriarte… Por citar sólo españoles nefastos. Es triste que hayan esperado tanto pero nunca es tarde si la dicha es buena. Y hasta se ha despedido a obispos, últimamente a un congoleño y a un australiano, por disentir de la doctrina de la Iglesia. Seguro que ya más de uno habrá tomado nota por si él es el próximo. Y se las piensa antes de rebuznar. Que el miedo guarda la viña.
Fuente: http://www.intereconomia.com/blog/cigueena-torre/ecuador-20110508
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